nas tormentas, por acaso Luis

nas tormentas, por acaso Luis: (www.astormentas.com)
Poema ao acaso


quinta-feira, 30 de julho de 2009

¡ FOI PASEADO O NOSO MESTRE !

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PÚBLICO : "Un estudio realizado en Galicia refleja que la mayoría de los 5.561 asesinados del 36 al 39 no fueron sometidos a juicio"


http://vitimas.nomesevoces.net/gl/buscar/?buscar=brenlla+

Jesús Alvaro López Brenlla

Home de 24 anos, viviu en Santa Sabina-Santa Comba
Mestre/a
Paseo. Morreu o 01-09-1936

Rexistrado morto en Muros a causa de lesións na masa encefálica por arma de fogo. Lugar de aparición do cadáver: Louro-Muros



Debuxo de Castelao: "A derradeira lección do mestre"

http://4.bp.blogspot.com/_yzlRjthkBHU/SdKdnQ7O4yI/AAAAAAAACHU/7Kfgj7ti_Jc/s1600-h/castelao.+a+derradeira+lección+do+mestre.jpg

LECCION APRENDIDA

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MUERTE EN LA ALDEA

Manuel de Roura.


En el pueblo donde nací llamado Louro, ayuntamiento de Muros, provincia de la Coruña (Galicia) hay un convento de Padres Franciscanos fundado en 1432 y de construcción románico tardío. Situado a unos dos kilómetros del poblado y a tres kilómetros de Muros, capital del Distrito. Habiendo sido siglos atrás colegio de novicios de la Orden, en la década de 1930 estaba en franca decadencia y solo contaba con tres o cuatro sacerdotes y tres legos, o hermanos.
Al otro lado del pueblo quedaba, y aún está, la iglesia parroquial. Nunca las relaciones fueron buenas entre los franciscanos y el cura párroco ya que en un pueblo tan pequeño como el nuestro, sobraban sacerdotes porque competían entre sí en cuanto a servicios religiosos cobrados. Aquello no daba para todos.

Corría el año 1935 era yo un muchacho con casi trece años y en mi casa tenía poco o nada que hacer. Animado por el Padre Salvador Villarnovo, quien esperaba hacer de mi un futuro fraile, comencé a frecuentar el convento para ayudar a misa y colaborar con el hermano sacristán en el arreglo y limpieza de la Iglesia a cambio de que por las tardes estudiara con el Padre Salvador, algo de latín. No pasé de las declinaciones y las conjugaciones, un poco de castellano e Historia Sagrada.
Por aquel tiempo acostumbraba a visitar el convento una que otra pareja de la Guardia Civil, que yo veía desde la ventana de la biblioteca, hablando con el superior del convento, Padre Jesús García.

Yo tenía confianza con el hermano lego Fray José (nunca supe sus apellidos) Fraile que ejercía la función de portero y de sacristán. Era un hombre pequeño, magro, poco hablador y como de cincuenta años. Cuando supo que mi padre estaba en Cuba, su simpatía para mi aumentó. Parece que él había andado por allá en su juventud. Luego le atrajo la vida religiosa (o se sintió solo), regresó a España, hizo un curso obligatorio de dos años en el convento matriz de Santiago y de allí lo mandaron a servir al convento de mi pueblo. Era lego, no presbítero. En fin, estaba allí para trabajar.

Mi maestro de primaria en la escuela nacional de la aldea se llamaba Don Jesús Alvaro Lopez Brenlla, tenía veinticinco años y, terminados sus estudios de magisterio fue destinado a mi pueblo (Louro) en 1935. Su carrera se hizo después que el Ministerio de Instrucción Pública impuso leyes de carácter absolutamente laico. Leyes que de un solo plumazo eliminaron la religión como materia escolar. O sea que nada de catecismo, ni de rosario ni de crucifijos en la escuela. El maestro Don Alvaro cumplió al pié de la letra las nuevas leyes que impuso la República. A juicio de los frailes esto, con agrado o no, había que aceptarlo pero lo que no perdonaron al nuevo maestro, fue la no asistencia a la misa dominical ni tomarlos en cuenta para nada.
Don Alvaro jamás nos habló de Dios ni para bien ni para mal pero el daño estaba hecho desde el momento que ignoró a los franciscanos. La Guardia Civil seguía visitando el convento y no es absurdo pensar que unos y otros estaban vigilando al pueblo y en esta vigilancia entraba de lleno aquel maestro tan indiferente y apartado de quienes de alguna manera habían monopolizado la vida moral y religiosa de la aldea.
La Guardia Civil como cuerpo paramilitar dedicado casi con exclusividad a la seguridad pública en todo el territorio español (sobre todo en los campos) se regía por leyes rigurosísimas. Temida y odiada por el pueblo bajo, su misión fundamental era la defensa de la propiedad pública y privada. Era un cuerpo extraordinariamente reaccionario. Vivía con sus familias en casas-cuarteles y apenas si tenía trato alguno con la población. Cuando salían a patrullar iban siempre en parejas. De aquí su nombre: “Pareja de la Guardia Civil”.

El 18 de Julio de 1936, se alza el ejército contra el Gobierno Republicano.
Primero toma las plazas africanas de Ceuta y Melilla y uno o dos días después tiene prácticamente ocupada la mitad de España. Galicia, con excepción de las grandes ciudades, que durante unos días hicieron resistencia, cayó rápidamente en poder del ejército sublevado. A mi pueblo, Louro, ni siquiera llegó un soldado o combatiente de ninguna de las dos partes. Solo unas dos semanas después pasaron por aquella carretera de tierra y granzón unos veinte o treinta soldados al mando de un capitán, en señal de ocupación y luego siguieron hacia el norte, hacia la zona del Finisterre. Escuso decir que los seis o siete frailes del convento se acercaron a la carretera para abrazar y bendecir a los soldados de paso. Luego…¡Silencio!.

A mediados del mes de Agosto siguiente, el maestro Don Jesús Alvaro fue visto en una calle de Santiago por una pareja de Guardia Civil de Muros, que se había acercado a la ciudad, quizás para recibir órdenes. Lo detuvieron, lo esposaron y lo introdujeron en un coche que tenían a su servicio.

Poco más o menos a las dos de la madrugada se pararon dos vehículos en la puerta del atrio del convento. Los guardias abrieron las puertas de rejas, entraron los vehículos y se pararon delante de un viejo cobertizo al lado del campanario donde había una gruesa puerta de color verde obscuro con un aldabón y una cadena. Uno de los guardias tiró de ella y se sintió, allá dentro del edificio, el sonido de una campanilla. Minutos después se abrió una mirilla y desde adentro una voz preguntó: “¿Quién es?”. “¡La Guardia Civil!”, contestaron. Se abrió la puerta, se prendió una luz y salió el portero, Fray José: “¿Qué desean?”, dijo. “Soy el cabo de la Guardia Civil y quiero hablar con el Padre Superior”. “Esperen que voy a llamarlo”. Se cerró la puerta y se sintieron los pasos del lego que se alejaban. La luz, en el cobertizo, apenas si dejaba ver un grupo de guardias rodeando a un hombre con las manos atadas a la espalda.

Unos diez minutos después se vuelve a abrir la puerta y sale un franciscano alto y corpulento. Detrás, Fray José apenas si parecía una sombra del otro. El cabo se acerca, besa el cordón del fraile y separándose del grupo, hablaron en voz baja unos minutos. El Padre Jesús García, padre Guardián o padre Superior, se acercó al preso. Los dos o tres guardias que lo custodiaban se separaron unos pasos. Poco duró la conversación entre el fraile y el preso. El primero regresa junto al cabo y le dice: “No quiere. Dice que él no hizo nada malo y que no necesita confesarse”.
El cabo mira un momento al fraile y pregunta “¿Entonces que hacemos?”. “Haga usted lo que tiene que hacer. Haga usted lo que sea necesario en bien de Dios y de su santa Iglesia”. El cabo miró fijamente al sacerdote quien, sereno, sostuvo la mirada. Luego dirigiéndose a los guardias dijo en voz alta: “¡Vamonos!. Metieron primero al preso y se fueron acomodando los demás en los asientos, prendieron los dos coches y, uno tras otro dieron marcha atrás para salir del atrio y luego avanzaron por la carretera de granzón, buscando la otra parte del pueblo, donde estaba la iglesia parroquial y el cementerio.
Como quinientos metros antes de llegar al camposanto se terminaba la carretera y comenzaba un camino estrecho por donde los coches no podían seguir. Pararon los vehículos; se bajaron todos y ayudaron a salir al preso. Serían las tres de la madrugada y solo un trozo de luna menguante alumbraba aquellas tierras sembradas de un maíz cuyos tallos y hojas no alcanzaban aún los treinta centímetros. Subieron un pequeño terraplén llevando delante al preso. Un guardia, a una señal del cabo, le quitó las esposas y se retiró hacia atrás donde los demás habían ido formando un semicírculo. El cabo empuñó la pistola y los guardias descolgaron los fusiles que llevaban al hombro.
“¡Váyase!”, gritó el cabo. El preso se volvió hacia el grupo, la cara aterrorizada. “¡Márchese le digo!, ¡corra!”. El preso saltó hacia el maizal y empezó a correr hacia las primeras casas del pueblo. “¡Apunten!, ¡fuego!”. El preso dio un bandazo, se inclinó hacia un lado y cayó en medio del maíz. Empezó a patalear doblando y rompiendo los tallos y las hojas tiernas. El cabo se acercó al hombre que, boca abajo, aún se movía. Le puso la pistola en la nuca y disparó.

Durante ocho años se pudo ver una cruz pintada de marrón en medio del camposanto. Escritas sobre el palo horizontal, un nombre y dos fechas: JESUS ALVARO LOPEZ BRENLLA. 3-2-1910 y 16-8-1936. ¡Era mi maestro!.

Durante esos ocho años, hasta que el padre llegó de su pueblo para recoger los restos del hijo, nadie, absolutamente nadie se acercó a aquella cruz para pensar o para rezar (si era creyente). El miedo aún estaba ahí, latente.

Dos meses después de la muerte del maestro, iba yo de madrugada hacia el convento para ayudar a misa, cuando vi salir del atrio a Fray José, el lego portero y, hasta cierto punto, amigo mío. Traía en la mano un pequeño bolso de lona y supongo que dentro llevaría alguna ropa. “¡Buenos días Fray José!. ¿A dónde va a esta hora?”. El hombre se acercó a mi me puso las dos manos en los hombros y, por unos minutos estuvo mirándome fijamente. De pronto, veo que empiezan a caerle lágrimas en la solapa semicircular del hábito: “Me voy Manuel; me voy para mi tierra. Allá tengo una hermana”. Las lágrimas seguían cayendo, la mirada siempre fija en el edificio. Entonces me soltó, anduvo unos pasos y volviéndose de nuevo hacia mí, señaló el convento y grito con voz ronca: “¡Manuel!¡son unos hijos de puta!. ¡Son unos hijos de puta, Manuel!”. Estuvo mirándome un rato, luego, y aún con la cara mojada, dio media vuelta y siguió su camino.

e-mail familiar, recibido de Manuel da Roura, pedindo a difusión do seu relato da morte do seu mestre, e as razóns que o moven a elo.

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Date: Fri, 25 Jan 2008 12:08:51 -0600
From: XXX
Subject: mi artículo "Muerte en la aldea"

Queridos todos:

En cuanto al artículo de prensa anexo y que fué escrito hace unos meses, vea " xxxxxx " si es posible publicarlo o, por lo menos, hacerlo conocer entre nuestra gente.

Tengo interes en ello porque quiero que nuestro pueblo conozca el caso. Dentro de lo cierto y real, hay una carga virtual que no niego, pero, en lineas generales, lo que escribo es cierto.

No me gustaría que se disminuyeran o banalizaran las cosas. Si puedes dar a conocer el hecho, hazlo. Sinó, rómpelo.

Deseo que por ahí se conozca parte de nuestra historia porque creo que solo yo, en la actualidad, sabe y se interesa en ello.

Abrazos a todos.


15 comentários:

bemsalgado disse...

e-mail recibido

De: Manuel da Roura
Enviado: viernes, 31 de julio de 2009 22:31:37
Para: Bem Salgado

Amigo Bem:

Hablando de don Alvaro: La no coincidencia de fecha del dia de su muerte entre la que yo señalé y la que da el papel que me envías, échame las culpas a mi. Yo puse un día que me pareció lógico pero nunca estuve seguro de que era el exacto.

Si sigues teniendo contacto con sus familiares de Santa Comba, procura ponerlos al tanto de las nuevas que al respecto se vienen produciendo. Así mismo, les das un fuerte abrazo de mi parte.

Yo no estoy muy bien que digamos. La pobre irrigación del cerebro, un 33/00 me tiene mareado casi de manera constante y, hasta los movimientos un poco bruscos, hechos sin darme cuenta me dañan.

Bueno, dejo esto por hoy, un abrazo y gracias por todo.

Manuel

Anónimo disse...

...S empre lle escoitei falar os meus primos de Louro, que fora Goday quen lle dera o "paseo" o mestre de Louro...Supoño que os mesmos franciscanos taparon a verdade co medo, e o propio tempo se encargou de terxiversar a historia. Gracias Fielato por sacala a lus.

Anónimo disse...

Yo conozco un caso parecido, que ocurrio en alhaurin de la torre (Málaga), pero los asesinos fueron una cuadrilla de sindicalistas del POUM.
Descansen en paz todos los vilmentes asesinado durante ese maldito periodo, de una parte y de la otra

Anónimo disse...

Manuel eres un valiente, estes crimes do franquismo non poden permanecer no olvido,Don Jesus Alvaro Lopez Brenlla merce un reconocimento publico tanto en Muros como en Santa Comba, foi un martire do noso concello.
De un pesco que esta por o mundo adiante.

Filipe disse...

Felicitar a Manuel polo relato da historia, gostaria muito de ampliala informaçom sobre o caso de Jesus.

Um saúdo

bemsalgado disse...

Muitas grazas aos tres visitantes que asinaron como 'Anónimo' polo seu depoimento, os tres importantes.
Tenho a certeza de que Manuel da Roura se sentirá satisfeito e tentarei de facerllos chegar, só que nom sei como se atopara de saude que xa nom era moi boa ha um ano como me manifestaba no seu e-mail do 31-07-2009 que figura no meu comentario primeiro.

Ele leva nom puido endexamais esquecer ao seu mestre, e sentiuse na obriga moral de divulgar o acontecido.
A miña colaborazom reduciuse a procurar o encontro dos familiares de Don Alvaro, dos que Manuel só conhecia o nome da cartería que lembraba ter visto no remite de alguma carta da sua familia.
Puxenme a elo despois de repetidos requerimentos de Manuel porque me parecía tarefa imposible, que finalmente resultóu menos. Efectivamente era natural de perto da vila de Santa Comba, como sinala o 3º Anónimo.

Disculpade, non ter contestado antes, pero resulta que até hoxe, que teño habilitados os avisos ao meu e-mail, nom me tinha enterado.

En canto a Filipe, farei por me pór en contato contigo dirixíndome ao teu e-mail.

Aos catro, moitas grazas de novo,
e saude.

Filipe disse...

Obrigado meu!

bemsalgado disse...

Resposta remitida por e-mail a Filipe, 26-ago-15:59h, ao enderezo que me facilita Blogger, que nom me parece que sexa válido polo que transcribo aquí o seu contido:

Olá Filipe:

Como xa pudeste ter lido no post, o meu papel em todo isto nom tem sido mais que fazer de recadeiro, e aproveitar o blog o-fielato para contribuir a sua difusom, na que Manuel sí tinha moito empenho, por bem que a eficacia e alcance do procedimento para tais propósitos tenha sido quase ridícula.

O aceso a este blog meu é insignificante, e som conscente de que nom merece mais probavelmente, polo que, ha poucos días, dei por fechado o mesmo, a salvo de utilizalo como arquivo pessoal de noticias que me revelam, moi particular as brutais agresons, do que deron en chamar o Occidente civilizado e democrático, na procura de rapinha sobre o resto do mundo, nomeadamente o Medio Oriente e Latinoamérica.

Nom sei que mais detalhes precisos tenhas interese por conhecer, e dos que eu podería ampliarte informazón. O milhor é que me perguntes e verei em que podo ser-te de utilidade.

A Manuel diretamente prefiro nom molestalo, pero podo dirixirme a um dos seus filhos e que sexa ele quem decida.

E todo.

P.D. Nom sei si este enderezo eletrónico ( Filipe ) que recibo como remitente vale ou nom para comunicarme contigo.
Por esta razom, se recibes este correo contestame o mais rápido que poidas simplemente con um OK, recibido, independente do que depois decidas.

Uma aperta, e obrigado eu.

Anónimo disse...

Meu pai dixome que o foran buscar a casa, e que o levaron antro millo para matalo. Era o rumor que habia por Louro.

Victor disse...

Eu son un dos sobriños do mestre, agrademos as personas que recordan aquel acto tan cobarde. O lugar donde naceo era " As Travesas ", parroquia de Santa Sabina,donde ahinda vive parte da familia, actualmente viven 2 hirmans, que están no Brasil.
Estarei encantado de poñerme en contacto con o desee. Perdonade polo mal galego.
Muitas gracia.
villarlopez@gmail.com

Isabel López Antelo disse...

Gracias Sr. Manuel por traer esta historia verdadera. Yo soy la sobrina de don Jesus Álvaro, hija del hermano menor Alfonso López Brenlla, que vive en Brasil.
Mi padre le dio a mi hermano, el mismo nombre de su finado hermano.
Lo que hicieron con mi tío y otros muchos fue un acto de cobardía que tenia que darse a conocer a todos, para que nunca más se suceda.
Gracias en nombre de mi padre, a quien yo mostré su relato .
Pido disculpas por no escribir en gallego.

ursula disse...

Me gustaria darle las gracias a Manuel por publicar esto ya que llevo mucho tiempo intentando buscar informacion acerca de este caso.
Mi abuela,que era de Louro y tendria unos 12 anos mas que Manuel,me conto esto cuando yo tenia 10 anos(un ano antes de morir Franco)porque un dia llegue de la escuela cantando el cara al sol y diciendo que los rojos eran muy malos,ella me mando callar, me prohibio volver a cantar esa cancion en su casa y luego me sento y me conto eso y alguna otra barbaridad que prefiero no contar,despues rompio a llorar.Nunca antes habia hablado de la Guerra y no lo volvio a hacer,pero a mi aquello me ayudo profundamente a entender y tener una vision mas amplia y mas clara de aquella epoca tan macabra y oscura.Mi abuela se llamaba Lola,como yo.Me hubiera gustado escribir en gallego,pero no lo escribo aunque si lo hablo.Un saludo

ursula disse...

Me gustaria pedir a la gente mayor,que cada vez son menos,que vivio esa epoca que cuente lo que paso,porque los nietos y bisnietos de esa generacion seguimos marcados por la guerra civil y la dictadura.
Hemos heredado el miedo y la baja autoestima y nos afecta en todos los aspectos de nuestra vida.
La vida sin memoria no es vida,nuestra memoria es nuestra coherencia y sin ella no somos nada.
Me produce verdadero terror ver como mucha gente joven de Muros tienen en sus Facebook imagenes de Franco y comentarios halagandole.Somos muchos los que queremos la verdad.Muchas gracias

bemsalgado disse...

http://politica.elpais.com/politica/2014/04/01/actualidad/1396380702_183531.html

Anónimo disse...

Unha historia da que todos debemos ter coñecimento. Teño oído falar cousas parecidas aos meus avós e a meus pais. Veciños fusilando a veciños. Ainda na nosa crianza, por alá nos 60's todos estaban baixo o xujo da dictadura e dos seus seguidores que tiña moitos. Ainda me acordo que andaba a guardia civil amedrentando a xente. Cantábamos o cara o sol e outras parecidas na escola pois xa viñan nos libros nos que estudiábamos. Nos, daquela nenos, ignorábamos todo aquel mundo de inxusticia e abuso imposto polo réxime, que os nosos maiores sufriron temendo pola súa vida e a dos seus. Qué a historia de don Jesús Álvaro sirva para qué esto non volva a pasar nunca máis. Gracias por publicalo!